Un nuevo conflicto se va a la congelación dejando tras de si una situación peor que cuando empezó. Ninguno de los problemas que origino la guerra en el Donbass, en el este de Ucrania, se ha solucionado mediante las armas. Ni Ucrania ha recuperado el control de la región, ni los rebeldes han conseguido controlar un terreno mínimo para la viabilidad de ser un estado independiente. Todo ello tras más de ocho mil muertos y una considerable destrucción de infraestructuras.
¿Cómo se llega a un despropósito semejante? Por un lado por unos políticos que a ambos lados del frente demuestran su dependencia de unos tutores de mayor calibre, UE y los EE.UU. en el caso de Ucrania, y Rusia en el caso de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Ellos les dictan la agenda, dejando poco margen de maniobra a las autoridades locales. Eso tiene una repercusión directa en los protagonistas reales, en los ciudadanos de a pie, tanto civiles como militares, de Ucrania y de las Repúblicas Populares.
Ahora, con las armas más o menos calladas, son los habitantes locales quienes tienen que lidiar con una situación de futuro incierto, con problemas económicos, crisis de los servicios sociales, pérdida de viviendas y bienes, y no en pocos casos de familiares y amigos. Todo ello con unos líderes militares erigidos en políticos que siguen con las mismas prácticas que los anteriores, los que provocaron todos los disturbios y conflictos que ha vivido el país. La congelación parará la gangrena que vive Ucrania, pero desde luego no la cura.
A new conflict freezes leaving behind a worse situation than when it started. None of the problems created by the war in the Donbass in eastern Ukraine has been solved by weapons. Neither Ukraine has regained control of the region, nor have the rebels managed to control a minimum ground for the viability of being an independent state. All this after more than eight thousand dead and a considerable destruction of infrastructures.
Now, with more or less quiet weapons, it is the local people who have to deal with a situation of uncertain future, with economic problems, social services crisis, loss of housing and property, and not in a few cases of relatives and friends . All this with military leaders erected in politicians who follow the same practices as the previous ones, which provoked all the disturbances and conflicts that the country has experienced. The freezing will stop the gangrene that lives Ukraine, but it certainly does not cure it.
Texto de Pablo González.